Dicen que cuando
uno tiene un hijo todo alrededor cambia. Que las cosas ya no vuelven a ser las
mismas, que se mira la vida desde otro ángulo, con otra mirada. Dicen que
cuando nace un hijo uno debe asentar la cabeza, debe formalizar su relación con
la sociedad y establecerse de una buena vez en un lugar. Dicen que
cuando nace
un hijo todos los sacrificios son pocos si es por él. Dicen que cuando uno
tiene un hijo el tiempo se acorta, los días se hinchan y la espalda se dobla.
Dicen que cuando se tiene un hijo ya no se puede volver a existir en otra
condición.
Yo no sé si todo
eso es verdad, yo no sé hasta donde las habladurías del viento se detienen a
gobernar nuestra triste ciudad. Y no lo sé porque trato de escapar. No solo
inventando mundos opresivos y patéticos, sino con sonidos del pasado, con
sonidos olvidados por el tiempo. Negados de la realidad. Porque no sé si
ustedes lo piensan pero esta música que nosotros escuchamos acá es un pasado
que fue. Es decir, muchos de los parámetros que dominaban aquellas épocas
desaparecieron. Luego, lo que una vez fue normal, hoy se escucha extraño y
ajeno. En el garaje punk, tengo para mí, solo es el sonido lo que aleja al
oyente moderno. El garaje punk, con mejor sonido, es fresco y divertido. No así
el heavy metal. Porque no sé si se han fijado pero este género es eternamente
antiguo. Y no por el sonido, sino por lo conservador y cerrado. Causa de la
sensación que existe entre estos muchachos de creerse de una Elite de músicos
solo comparables con los compositores clásicos. Unos giles. Por suerte las
subramas del heavy, casi todos niños bastardos del punk, han logrado salir de
ese lugar conservador.
Bueno amigos,
buenas noches, luego de los prolegómenos les presento el disco que les dejo
este mes: Los Grillos. Y con este completo lo que tengo de ellos. Si alguno
tiene más, comparta.
No lo había
subido antes porque la tapa me parece horrible y como concibo este lugar – ya lo
he dicho
mucho - como un espacio, amén
de cultural, estético; me había negado a hacerlo. Pero tenía ganas de hacer el
post del mes, tenía necesidad de hablar con los cuates del garaje y debía
elegir algo para venir. Mirando recordé haber grabado en mi carpeta de discos
para subir ete álbum y me dije: dale Miguel, si a nadie le importa si quedás
atrás o te vas. Solo están hambrientos por tu post de garaje y lo subí. Acá se
los dejo, entonces, con esta tapa fea, deslucida y poco inteligente desde mi
punto de vista. Una lástima porque las demás tapas de estos chicos quedan en la
antología de las mejores carátulas de garaje latinoamericano. Pero bueno, es un
muy buen disco y, ya lo sabemos, no debemos juzgar un libro por su tapa o un
disco por su carátula. Aunque, tengo para mí, debieran ser un todo. Acá están
Los Grillos. Y los pedidos que tengo pendientes – si mal no recuerdo solo el de
Gustavo Zamora me interesa saldar porque es un cófrade que siempre comparte –
me van a tener que esperar un poco más. Mis tiempos están escuetos y me cuesta
escatimar algo para emprender tamaña labor. Saludos!
Saludos Wirtis... gracias por la mención, y feliz año... :) Mas vale tarde que nunca ;^)
ResponderEliminar¡Mucho más tarde vine yo, Gustavo! Abrazo grande.
EliminarAcabo de descubrir este blog. Gracias, es muy bueno.
ResponderEliminarY adhiero a tus reflexiones, chamigo...
Gracias estimado lector, me alegra que conectemos. Saludos.
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