24/8/11

Carequinha e Os Falcoes Reais - O baile do Carequinha (1968)

O Baile do Carequinha!!!! Sí señor! Hoy vengo de para bienes mis bróders, y cómo no, si les traigo la hermosa música que allá, en los tiernos años de mi niñez arropaba mi llanto infante y solitario. Recuerdo todavía, cuando mi mamá ponía a girar la púa y un soplo de alegría invadía el cuarto de Wirtis mientras me acunaba en sus brazos maternos… Ay, tiempos aquellos… Que los domingos eran de sol, beat y garaje. Sí, porque al son del beat cantaba Carequinha tanto y con tanto brío que aun hoy me suena su R`n`R. Por eso decidí compartirlo con voseades mis bróders.

Les cuento como viene la mano. Resulta que en el ´66, Carequinha había estaba dando sus primeros pasos en el ambiente artístico de la hermana Brasil. Estaba buscando su nicho y lugar. Pero claro, sabemos que Brasil es un semillero de talentos y bellezas. Por eso, el camino era arduo y cuesta arriba. Sin embargo, para un hombre que está decidido, nada es imposible. Y Carequinha era de esa clase de persona (porque nos abandonó unos años atrás). De a poco logró un lugar en la Tv, el triste payaso de ojos rojos y sonrisa franca, pero claro, a la belleza de las garotinhas no hay con qué darle, por eso, cuando en el ´68, apareció Gatinha Safada, el payaso perdió gran parte de su público. Sólo un reducido grupo de incondicionales infantes lo siguieron. Y fueron ellos, los que acompañaron a Carequinha una noche hasta un bar donde él se quería emborrachar. Un bar oscuro y gris. Los niños trataron de persuadir al payaso, nau, nau, le decían. Pero él, porfiado y triste no quería escuchar. Y fue por eso, para no oír el discurso sincero de los niños, que se puso a escuchar la banda que estaba tocando. Los muchachos en cuestión eran OS FALCÕES REAIS, una oscura banda que practicaba un beat surf correcto y potente. Carequinha, sin pensarlo, apuró el vaso de caipirinha y les preguntó si podía cantar con ellos. La banda aceptó y también invitó a los niños a subir. Entonces, cuando todos estuvieron arriba, improvisaron algo. No creo en la magia ni en el destino, pero dicen que esa noche, en ese bar, Os Falcoes Reais, Carequinha y los niños; hicieron magia. Porque mixturaron canciones niñatas, de sala de cinco; con fuzz, beat y arrogancia. Después lo grabaron. Para que nosotros tengamos un registro de que paso.

Entonces, mis bróders, lo que hoy les traigo es una banda punk, como tanto nos gusta, pero con la particularidad de tener a una payaso pelado y chillón en las voces y a un puñado de impúberes haciendo coros.

¿Las canciones? Una belleza. Abre con Do-re-mi, quienes hayan visto la Novicia Rebelde, sabrán de qué hablo; pero en una versión con órgano y guitarra eléctrica al frente. También me vuela el jopo Eu vou cavando a mina, con mucho fuzz y pendejitos cantando. Además dura 1:51. Bien punk. Como corresponde. A lampada de Aladim es otra gema del álbum, junto con O milonario. Bueno, les dejo esta belleza para que ustedes opinen. A mí me parece una gran obra, la verdad. Toda una curiosidad que bien vale el tiempo que le dediquen. Acá está: Carequina e Os Falcoes Reais!!! Yes, para que puedas escuchar beat con tu hijo sin que tu señora te rete.

15/8/11

VA - Selvagens Vol 3 - Obscure Brazilian 60s Garage Beat and Punk Groups

Bona sera mis wirtianos bróders, acá vuelve Wirtis, con más lixo joven. Después de luengas semanas sin actualizar, sin hablar diría. Porque esta es la manera en que yo hablo: haciendo entradas en el blog. Hoy les prometo emociones fuertes, R`n`R a granel y salvajadas a más no poder. Sí! Emprendamos el viaje, otra vez y por tercera; hacia el Brasil sesentero y salvaje que tan bien supo reflejar la serie Selvagems que publicó el amigo de Teen Trash en su suicidado blog. No sabía qué ofrecer hoy. Porque estoy a punto de vender el blog y ya nunca más me volverán a ver. A una multinacional que ofrece cuantiosas y demasiado rentables sumas al harapiento corazón de Wirtis a cambio de entregar su blog al sistema. Ellos dicen que van a mantener el perfil de Garagelatino. Yo no lo creo. Igual, no interesa. Nada interesa. Porque todo es una mentira. Lo que vemos, lo que creemos y lo que somos. Nunca se han puesto a pensar que, por más que tratamos de ser, de buscar los caminos que dicta corazón; la vida siempre se encarga de enrostrarte lo que no sos, la que nunca tendrás y claro – es comprensible y los que son de materia gris tratan de así pensar: uno siempre quiere lo que no tiene -, por más que tanto haya en tu costal; siempre algo de afuera vas a necesitar. Eso no es malo en la medida que empuja a buscar nuevas cosas, a experimentar y aprender; pero cuando el objeto de deseo es otro, cuando dedicamos luengas horas a pensar en quien ni siquiera nos puede ver – no porque uno sea malformado o poco gentil, no – y, aunque nos notara, entendemos que esa relación es imposible; sufrimos. Tanto como tan grande es el sentimiento. Así es bróders. Y nada más importa en este sucio mundo que entierra sonrisas y asesina esperanzas. Entonces, cuando alguien viene y me dice: Hey, Miguel ¿Qué vas a hacer con esa arma en la mano? Voy a juzgarme, contesto. Entonces, apoyo el revólver en la sien, pienso ¿Vale la pena? ¿Es el viaje o el arribo lo que importa? Y jalo el gatillo. Pero el traqueteo sordo, seco del tambor, dictamina que siga acá. En el mundo.
Entonces, camino, en esas noches que me arrebata la realidad, que la veo, la sueño, que anhelo sus manos me toquen, sus labios me besen; y no (siempre va a ser no) porque sería un infierno, más a la cota que a la larga, del que no podría volver. Y Wirtis es un muchacho grande, desencantado de románticas ideas que embriagan el corazón. Por eso, sabe que no toda luz es sol, ni todo cielo es paraíso. Con todo, cada fibra se deshace en deseos.
Ya ven bróders. Cuando encuentren aquí palabras prometedoras, redentoras y pletóricas de futuro es porque Wirtis ya no está. Se fue. Lejos. Pero cuidado, porque estarán en manos de los piratas del comercio, de los mercaderes hijos del diablo. Yo seguiré buscando caminos. Y como Teen trash, me voy a suicidar. Mañana por la noche. Una vez más voy a jalar el gatillo y tentar el destino. Si nada importa, si nada vale, menos yo, un puto viejo y perdedor. Acá está: Selvagens 3. Para que entiendan el por qué. Saludos.