Buenas noches mis cófrades del garaje. Volvemos hoy con la colección de rock boliviano., aunque esta banda sea de México (chequeen los comentarios y verán) Tengo que denunciar que Wilmer está dispuesto a no darnos respiros: aun no hemos alcanzado a colgar todo lo que nos mandó – porque la gran Tessa también los está publicando – y ya nos mandó más rock boliviano ¡Genial! Gracias mi estimado Wilmer por colaborar y hacer tanto para difundir el R`n`R más marginal y sucio que ha habido. Yes sir. Hoy les traigo a Los Johnny Jets. Sé que hay un homónimo mexicano – tal vez sean los mismos y yo, en mi habitual ignorancia, estoy equivocado, como ya pasó con Los Fenix – de los cuales no hemos publicado nada todavía en este blog. Ya lo haremos. Pero no por ahora porque no los estoy escuchando right now. Pero vendrán. A no perder la fe.
Bueno, igual ahora nos competen los hermanos bolivianos y esta hermosa banda que nos mandaron para compartir. Lo que ofrezco hoy es un Ep del año ´68. Es decir, mientras por acá Los Blue`s Men marcaban a fuego el Rock argentino – aunque todavía no se haya reconocido la impronta de estos buenos muchachos – Los Johnny Jets hacían la misma allá en Méjico. Las dos bandas quedaron escondidas en la historia oficial. Negadas por los radares militares. Sí, ya lo profetizó el Indio Solari. Con todo, la tribu de mi barrio, gente aguerrida y protestona si las hay cuida que, acá en la cuadra, los niños crezcan al son del salvaje garaje. No con Los Redo o Viejas Chotas; porque no queremos borregos impersonales por acá. Así, hemos trazado un plan de adoctrinamiento para la liberación. Tal consiste en mostrar a los niños la rudeza del verdadero punk latino. Ese que nació – a pesar de los chillidos londinenses – acá en Latinoamérica. Cuando Edwin y Rolando gritaron Demoler!! Sí. Saben que así fue. Bien, les contaba que desde la tierna infancia mostramos a nuestros niños la diversidad de nuestra tierra. También la sangre y el dolor que significa ser latino. Porque la impronta de dolor, olvido y postergación nos persigue. Como si fuera un pecado que no podemos contar, entonces se quema ahí adentro, en lo más profundo del alma. Y siempre va donde quiera que vamos. De este modo queremos las futuras generaciones en unidad latina contra el imperialismo foráneo. Entonces les mostramos toda la belleza musical del continente. Desde Os Baobas hasta The Black Byrds, pasando por Los Knacks y Los Ovnis, por supuesto. Me parece que tal vez dije demasiado.
Vamos, mejor al disco que nos convoca hoy. Es una belleza lo que Los Johnny Jets dejaron. Porque son cuatro novedosas versiones de temas acostumbrados por los mejicanos - ¿más pistas para suponer sean los mismos Johnny Jets de Méjico? – primero, Bailala Maaría, gran tema para zarandear las mechas; luego un clásico en una genial versión: La carta, además, desafiando sin ningún escrúpulo a Los Yorks ¡En castellano! Pero no termina acá lo de estos muchachos, no. Porque después se le animan a Los Rocking Devils y se mandan Es Lupe y, como si fuera poco el desparpajo, cierran con ¡Mary, Mary! ¡Buenísimo!
Palabras aparte merece el arte de tapa ¿Os gusta? A mí me moló la vaina, hermano ¿O no que terrible cara de fiestero tiene ese muchacho en el centro? Por supuesto que, ante una dama encuerada, de tan bellas curvas como la que aquí vemos; cualquiera exhibe la mejor de las sonrisas. No obstante, el único que parece querer unirse a la algarabía es el que de atrás lo mira. Los otros cuatro se hacen los sotas, como si todo les fuera ajeno. Sabemos que así no es, porque una banda compuesta por muchachos que no se conmueven hasta la médula ante la belleza fémina, nunca jamás podría haber interpretado de la forma en que Los Johnny Jets lo hacen. Bien mis cuates, les dejo un abrazo y, por supuesto – no sólo de amor vive el hombre – el disco de Los Johnny Jets. Enjoy!