Buenas noches
estimados amigos del garaje. Hoy les traigo un magnífico disco de Los Rockeros.
Este es el
grupo español. A no confundir. Bueno lo que les traigo es el Ep El
teléfono. Cuatro rolas bien chidas que te llevan desde la balada al uso de fuzz
troglodita y cuadrado como sé – a Wirtis no lo engañás chabón- tanto te gusta.
Sí madafaka, un buen disco de garaje y rock and roll es lo que pintó para esta navidad.
Navidad deprimente, cargada de matices y culpas. Horrible. Pero no importa
porque yo estoy concentrado en difuminar la verdad.
Ya sé: ¿De qué
hablás Miguel, por dios? Les explico. De un tiempo a esta parte he venido
reformulando mi ser y, en consecuencia, mi alrededor. Lo que pasa es que me
cansé de ser un fucking adicto, me cansé de vivirla de rok and roll y pasármela
de partusa en partusa, de mina en mina. Porque no, no es así bróder. Llega un
momento donde uno debe decidir cuál es el camino que va a tomar para el resto
de la vida. Tengo para mí que en la vida, en más de una ocasión pero no tan
frecuente como dicen; uno debe optar por caminos que la definirán. Generalmente
estas opciones se presentan cuando el individuo ha llegado a un grado de
problematización con su circunstancialidad actual que debe, sí o sí,
reformularla.
Tales avatares
que gestan cambios pueden ser de índole amena (ponele, así ponele no más, te
casás o te recibís o cualquier huevada de esas que tanto empeñamos en
conseguir) o de índole funesta (te estabas clavando una manola y te agarró tu
jermu ahí, con la pinchila animada o te encuentran una mancha en el centro del
cerebro y no saben qué carajo es pero de seguro, nada bueno). Son estas últimas
las que con mayor premura y mucho brío activan cambios increíbles en la vida
del hombre. Ahí lo ves al fumador empedernido escupir el cigarro como si fuera
una mala puta o al amarrete tratando de dadivar para que alguien lo quiera
salvar.
Todo depende de cómo
se miren las cosas. Así, algunos días estoy mal y otros bien. A veces la misma
situación me parece positiva y otras una funesta promesa de dolor. De todos
modos no importa, como les dije, nada importa. Hoy les traigo rock and roll, un
muy buen disco de rock and roll y también un disco alejado de la navidad. Nada
alusivo al tema. Habrán notado, tal vez, que no suelo poner cosas que remitan directamente
a los acontecimientos que dominan la atención pública. Y es así porque cada día
invento algo nuevo, es así porque cada día trato de escapar del común. Aunque
la vorágine del cotidiano existir me engulla y me mate constantemente. Porque
todos los días me estoy muriendo un poco amigos. Ustedes también, sépanlo.
Bien, acá les dejo el disco de Los Rockeros, después de este vómito de mal
estar, después de esta confesión de mártir golpeado y abatido. Los veo en unos
días. Feliz navidad y que te fumes mucho cuetes pero no tires ninguno, hijo de
puta, que a los animalitos los estresa y a los viejos nos molesta.