Fue en el bar del
Japonés donde me encontré, una noche de invierno de esas que el frío te pincha
los huesos, tan propias del desierto mendocino; al Anacleto Bermudés. Yo lo
conozco de hace rato al Anacleto. Era amigo de mi vieja. Tocaban juntos en una
banda que ensayaba, mirá vos qué chico era el mundo rockero en aquellos días;
en la misma sala que los Altablanca. Sí, ya sé que los Altablanca practicaban
en una casa en Chacras y que no invitaban a nadie. Pero el Anacleto venía de la
misma movida. La cosa es que durante los ochenta, cuando yo era pibe, el
Anacleto vagaba mucho por mi casa. Siempre pasaba y zapaban algo con mi vieja. Después el vago se tiró al abandono. No sé si
fue porque su mujer lo dejó o ella lo dejó porque se tiró al abandono. Pero bueno,
se volvió un borracho consuetudinario y dejó de tocar. Un bajón. No lo vi por
mucho tiempo hasta que ya entrado en la adolescencia, allá por la década del
noventa, me enamoré de la noche y la destrucción. Con los vagos habíamos
empezado a ir bar del Japonés. Y fue ahí donde me lo empecé a encontrar al
Anacleto. Siempre en invierno. Era un excéntrico.
Una de esas
noches fue que me dijo: Mirá Miguel, a mí Los Shakers no me gustan. Yo sé que
los vagos eran el fórmula uno del beat latinoamericano, no se puede negar eso.
El virtuosismo es evidente. Pero también era mucho muy melódicos pibe, qué
querés que te diga. A mí siempre me fue la cosa más salvaje. Capaz que sea
porque es lo que me sale mejor, bah, cuando tocaba… pero bueno, la cosa es que
me van más Los Bulldogs, eran más punkers.
Y la verdad que
coincido bastante con el Anacleto pero debo reconocer que las pocas veces que
me siento
y escucho a Los Shakers siempre se derrumba el mito. Los encuentro, sí,
muy melódicos; pero las melodías me resultan una muy bonita mezcla entre flower
punk, bubble gum y hard pop. Y me digo: Hey, Wirtis, van muy bien Los Shakers
para amenizar la lectura.
Además, cuando
algún amigo me recomienda bien una banda, suelo prestar atención. Y eso es lo
que pasó con el disco que hoy les comparto: lo publicó el capo de Roarrunner en
su fundamental y clásico blog Roadruner Beat Beat y lo recomendó con tan buen
decir que lo tuve que escuchar. Y la verdad que es un muy bello álbum. Se los
dejo. Con nuevo link porque predico con el ejemplo: ahora, este disco está más
disponible en descarga gratuita que antes. Hacé lo mismo vos, si lo bajaste, no
seas culiado.