Buenas tardes a
la gente fan del garage que todavía pulula este lugar. No puedo evitar cierta
sensación
de agobio y hastío en esta Argentina tan alienada y coptada. Como el
orbe del que somos participes, por las lógicas del Capitalismo. Y no es que prefiera
el comunismo, per se. O que esté haciendo un alegato antisistema pero entiendo
que la realidad del ajuste y escalada de precios que estamos sufriendo en el
país se debe justamente a estas lógicas. Algunos argumentos: Primero, que el
sustento ideológico es la ganancia, se constituye en su escencia a partir de
esa infinita posibilidad de obtener dinero (gran invento para desdibujar el
esfuerzo o trabajo real que un producto esconde por detrás) y sus variables que
tan bien vienen profundizando a partir de las tecnologías digitales. Así le
lavan el cerebro a la gente exaltando las posibilidades del consumo como
símbolo de la felicidad, el estatus y el éxito, tanto social como afectivo,
porque en general instalan – excepto en las ficciones – que ser pudiente es ser
feliz. Citando a de The Clash, sin duda el diner te viene bien, pero lo
tremendo es que gestan seres egoístas, desconectados de las otras personas en
tanto y en cuanto no sirven para abalar clase o compartir odio. Y lo peor es
que el mismo sistema – y he ahí mi crítica – es el que te implica a eso. Porque
no podés vivir en un sistema capitalista y mantenerte afuera, sí o sí, estás
obligado a tranzar porque si no, te come. Y te comen. Y si un día todo cambia,
y se viene la revolución, ya el sistema y esa alienación a la que te somete
para que sobrevivas, te va a haber coptao tanto que vas a estar el lado de los
conservadores. Sí, vas a ser el viejo facho. Así que vine para saltar a otro
lugar, para revisitar el rock mejicano. Hoy, con una gran exponente: Abril y un
muy lindo disco que entre varios temas corte bubblegum, rock y garage (recomiendo
“Bati invento”) trae la cursi y estimulante “Poder y la gloria”. Una canción
pop que habla de preferir un buen vínculo al money. Y pienso que eso es cierto,
si hay un buen vínculo. Porque otro triunfo de este sistema es haber
profundizado más y más la individualidad idiosicrática de la humanidad. Si así
no fuera, no habrían tantas, pero tantas relaciones tóxicas. Tanto es así,
amigues, que en Argentina – al menos donde yo vivo: Mendoza, capital de los
fachos pobres – les resulta raro, muy raro, que algunas personas logren
mantener vínculos conyugales por mucho tiempo. Y miren si estarán coptados que,
entre bolude alegre y envidiose evidente, siempre comentan: ¿tanto tiempo? Qué
aburrido. Y al que aburren es a mí. Raudo, cortito pero no al pie, les dejo el
disco de
Abril. Se lo robé, como casi todo, a uno de los hermosos blogs de
garage punk que todavía sigue en pie.