Los Ben Posta
fueron cuatro elementos pupilos del "Ciudad
de los Muchachos", a la postre sobrenombrado como el Benposta. De ahí,
claro, el nombre del grupo.
Es todo un
misterio por qué apenas grabaron este simple que hoy les traigo y nada más. ¿Las
causas? La calidad de las interpretaciones y la vitalidad para ejecutar las
canciones. Destaca la guitarra eléctrica. No es la primera ni la última vez que
un grupo de rock pase desapercibido. Pero eso no importa, mientras haya un
registro, habrá un Wirtis que historie ese acontecer. Yo pienso que no pasa por
“pegarla” en el arte. Y no quito importancia a esto, ojo, no me mal interpreten.
Pero creo que no puede ser el objetivo, el fin en sí. Tampoco las voy de
profundo o espiritual pero creo que el arte, hermanas y hermanos garageros, es
un refugio.
A modo de caso:
A nivel laboral,
si bien la yugo como un perro, a los docentes nos han amedrentado con un
injusto doble presentismo. Para imponerlo pergeñaron una campaña de
desprestigio. Como no lograron suficiente apoyo social impusieron el doble
presentismo por decreto. Buena parte de los docentes hicimos huelga y marchamos
por las calles de Mendoza.
Con todo, lejos
de amedrentarme cargué las tintas escribiendo artículos culturales en
Palabrasmacabras y tocando el bajo en Pistola & Los Mugrientos. Y es que el
arte es el refugio cuando el mundo duele. Y también fue la terraza desde la
cual pude contemplar el hermoso cielo estrellado del verano kirchnerista.
Por eso, hacer
arte va más allá de “pegarla”. Y no porque esto no tenga valor, sino porque
cuando es solo el fin tenés que transitar un camino que implica más agachadas y
primereadas de las moralmente aceptables. No la voy de moralista, ojo, pero les
pongo como ejemplo, hermanas y hermanos garageros, a la Bersuit Vergarabat. Estaban
muertos a mediados de los noventa. La última jugada fue darle toda la tarasca a
Santaolalla – no se habrán creído que fue él a buscarlos a ellos, ¿no? – y
someterse a lo que el entonces “gurú” del rock mainstream latinoamericano dijera.
Y así hicieron. Cambiaron estilo, estética y modos. Los reinventó. Y lo hizo
bien. No fue así con Árbol. Estos pibes anhelaron tanto el éxito que hasta
echaron al
baterista porque Santaolalla les dijo. Unos giles. Y así le fue.
Como el orto. Con todo, cuánto sometieron en pos del anhelado éxito.
A mí me resultan
mucho más interesantes esos artistas que han parido arte genuino y visceral,
más allá de la formulística que implica triunfar en el mainstream. Pongo por
ejemplo algo relativamente conocido: Acorazado Potemkin.
Bueno mis
bróders, me voy. Les dejo la obra completa de estos pupilos rockeros e ignotos
que una vez existieron: Los Ben Posta.