Buenas noches mis cófrades. Hoy traigo un clásico bajo el brazo: el siempre vigente y por demás solvente segundo disco de Los Locos del Ritmo, Pólvora. Seguro que ya lo han escuchado, bajado y reproducido mil y una veces. Pero a Wirtis eso no le importa. Porque Pólvora tiene que estar en Garagelatino. A fuerza de ser uno de los mejores discos de la tradición rockera mejicana y, en consecuencia, uno de los discos más importantes del rock latino. Digo esto porque considero que la música se construyó y se construye en forma de diáspora viajera que influenciándose de un lado a otro del mundo se reproduce y reinventa constantemente. En unión y constante búsqueda artística. No a las patadas y en rencores como quieren que creamos. Fíjense que a mí siempre me ha llamado poderosamente la atención el hecho de que nosotros, los fanáticos – no digo ya los melómanos revisionistas como son ustedes y, en cierta medida yo; que investigamos ávidos de praxis y constatación personal, en franca oposición a la historia oficial que nos quiere convencer – siempre fabulamos y reproducimos litigios falaces entre las bandas suponiéndonos conocedores de una verdad carente de toda confirmación real. Por ejemplo, y para nombrar algo de todos conocidos: la histórica oposición entre The Beatles y The Rolling Stones. Somos tan estúpidos también, que llevamos tales discrepancias al plano personal. Así cagamos a trompadas a un fanático de la banda en supuesta oposición a la que nos gusta. Porque sí. Porque sos un mal cogido que no la entiende, que sigue a esos maracas que hacen música trola. De ese modo vemos a los fanáticos de Pappo cagando a trompadas a los seguidores de Morphine - ¿Cómo no van a usar guitarra, wey? – al grito pelado de Fito se la come, Pappo se la da. Entonces, los que son de masa gris y de las tribunas quieren volver; se declaran en rebeldía y deciden comprobar por sí mismos si Pappo odia tanto a Morphine o a Fito. Investigan. En la web, en los libros y revistas del Rock. Revisan buscando el hecho que pueda fundamentar el pleito que los fanáticos aducen. Y por lo general, no siempre; descubren que el tal problema es solo un chiste, una chanza que se jugaron o usaron para vender unos discos y nada más. De ahí no pasa. Porque ellos, los músicos, son amigotes y ni problema tienen el uno con el otro.
Descubrir algo así nos puede significar analizar cuidadosamente nuestra postura y rever nuestros odios. Así como también prestarle oído al músico o banda que tanto odiábamos. Porque, después de todo, si mi músico favorito es amigo, el otro no debe ser tan malo, tan ortiva y gay como suponemos. No obstante, y en plan de absoluta sinceridad, así como algunas señoronas departen su tiempo entre la casa y las vicisitudes de personajes farandúlicos, nosotros, los freaks de la música y el arte, dedicamos luengas horas a conocer los pormenores de los artistas. Por eso no considero mal el cholulaje: todos somos voyeurs de nuestros ídolos. Pero sí es muy mal que caigamos en la tonta trampa de los que nos hacen creer pavadas como las que antes señalé y que, como si borregos fuéramos, odiemos a otro por el mero hecho de que gusta de otra cosa. No, no. Así no. Tenemos que escuchar, abrir la cabeza y dejar que nuestros sentidos descubran la diversidad. Sin embargo, hoy les traje un clásico, tanto discurso como si fuera a presentar una excentricidad y sólo es Pólvora de Los Locos del Ritmo. Pero bueno, no es sólo, no, sino un gran disco, que lejos de perder vigencia recarga pilas de R`n`R en cada nueva escucha. Además es el último que grabaron con el gran Toño de La villa. Salud entonces, y que les aproveche: Los Locos del Ritmo!!!!