En este último
mes de un año gris, de intemperie para muchos de mis compatriotas, de
reimposición de un
régimen socio-económico que premia “los méritos” sin
distinguir contextos, generalizando para poder singularizar. La mierda (neo)
liberal que convence a las personas de que es un fracaso personal no estar en
tal o cual categoría social o vivir tal o cual sueño. Les queman la cabeza
para, creo yo, diversos fines. Los más claros y evidentes que yo encuentro son
transformar al hombre en un consumista esclavo. Deslindo los conceptos para
explicarme mejor: por un lado fomentan el consumismo mediante la eterna y
consabida propaganda de la vida “feliz” a partir de ciertos parámetros sociales
que, por convención impuesta desde el poder hegemónico; señalan si “triunfaste”
o no en la vida. Ni cabe aclarar que
esos parámetros son materiales. Así, te imponen el otro clavo de tu cruz: para
ser feliz debés trabajar.
Ya sé, están
pensando qué vago este Wirtis, como se nota que es un Garrálapala. Y les
contesto que sí, que puede ser porque soy un orgulloso Garrálapala. Pero lo
cierto es que trabajar para quien puede hacerlo a partir del estudio es mucho
más gratificante que para quien tiene que hacerlo a partir de las inclemencias
de la vida. Esas que da la pobreza económica en esta Argentina neoliberal e
injusta. Luego, no es lo mismo tener las posibilidades de estudiar – así seas
un choto que elige pensando en qué le va a dar más guita y no en qué le gusta –
que no tenerlas. Por eso, me chupa la pija el régimen macrista que quiere
imponer la idea de la “meritocracia” para imponer sus políticas
de
concentración del dinero en los poderosos a costo del esfuerzo del pueblo.
Si sos macrista,
radical o de alguno de los partidos fachos y reaccionarios que son gobierno:
chupamela.
Bien, aclarado
que me cago y detesto la lógica político-económica que impera en la Argentina,
les cuento que elegí este disco que devuelve, si bien más añejo y menos
brilloso, la idea de aquella república post década infame donde todos los días
el pueblo perdía un derecho. Hoy como ayer, la niebla vuelve a suceder. Y por
acá resistimos hablando con el teclado, gestando mitines y aguantando la
mishiadura.
El disco, más
allá de sus simbologías históricas, está muy bueno. Justamente, alejarlo de ese
momento lo engrandece: vamos a encontrar acá una entretenida diversidad de
géneros muy bien instrumentados. Además aparecen en el compilado, bandas
absolutamente desconocidas de la escena pre rock garaje argentina. Muyinteresante. Bajado del inmenso blog Red Peyote. Gracias por compartir hermano.